Capitan fantástico


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El mundo se ha transformado, y en los últimos 25 años, debido a la revolución tecnológica, esa evolución ha ido a una velocidad extraordinaria. El cambio del paradigma pedagógico, el consumismo, la violencia social y la proliferación de las armas han dejado, sobre todo  a los jóvenes, en una posición bastante desventajosa. Manipulados, alineados en sus celulares, mal alimentados y encerrados, la vulnerabilidad de la infancia y la juventud ha hecho a muchos repensar los modelos educativos y las formas en que preparamos a las nuevas generaciones para enfrentar un mundo cada vez más conflictuado. Y es la educación y los extremos a que puede llegar la “razón humana”, alimentada por la literatura, la filosofía y la propia vida, el tema del último filme de Matt Ross, actor y director de cine con una carrera más bien apócrifa.




Capitán Fantástico (2016) narra la historia de Ben, un padre de familia que decide, junto a su esposa Leslie, trasladarse a un bosque para criar a sus hijos. Con una ideología anticapitalista aupada por las teorías de Noam Chomsky, Ben y su esposa comienzan un proyecto sumamente difícil, construir una especie de paraíso autosuficiente, donde ellos asumen la crianza de sus hijos, su educación y su preparación para la vida desde una perspectiva propia.  Anárquicos, desfasados y salvajes, los jóvenes viven en este mundo silvestre, preparándose de una forma primitiva vinculada con el mundo natural y la supervivencia en el medio, completamente ajenos a la civilización que transcurre no muy lejos de allí. La muerte de la madre, debido a una depresión, los hace encontrarse con una sociedad que los recibe sin entender exactamente que son.

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Las actuaciones son excelentes, guiadas por la maestría de Vigo Mortensen, en el papel de un padre profundamente original pero excesivo en sus ideales, el filme transcurre sobre los hombros de seis jóvenes actores que aportan una intensa vivacidad y elocuencia al relato. George MacKay, como Bo, el hermano mayor, Samantha Isler como Kyelir, Annalise Basso como Vespyr, Nicholas Hamilton como Rellian y los simpáticos Shree Crooks como Zaj y Charlie Shotwell como Nai.





Capitán Fantástico es un canto a una autenticidad que actualmente es un bien preciado y raro. Pecando por ser humano y llevar a los jóvenes a situaciones de peligro insospechadas, el choque de Ben con la civilización no es pacífico. Su especie está en extinción y en el mundo prefabricado en que se vive en las grandes ciudades, no es bien recibido. El guionista y director Matt Ross ha sabido colocar su reflexión en un punto de equilibrio inteligentemente balanceado, donde la incivilización y civilización chocan poniendo en tela de juicio los paradigmas que aceptamos como buenos en nuestras sociedades mecanizadas y aturdidas por el conformismo.  


Si Ben ha llevado sus ideales al extremo de dejar a los jóvenes alejados de un mundo al que por obligación tendrán que enfrentarse, de ponerlos en situaciones de peligro, de retenerlos de un choque social sin medir los deseos de estos; la civilización no se ofrece como una mejor solución. La infuncionalidad de las escuelas, la apatía y del desinterés de la juventud, la adicción juvenil a las videojuegos violentos, los celulares, la comida, la portentosa maraña de mentiras en que se ha convertido la educación, en resumidas cuenta, el fracaso estrepitoso del entramado social, tampoco son atrayentes.

Prohibido de ir al funeral de su esposa, amenazado por un suegro que lo culpa de su muerte, Ben decide quedarse en su mundo, pero el deseo de los seis niños de ver por última vez a su madre, lo lleva a lanzar una cruzada que busca que se haga respetar la última voluntad de su esposa, ser cremada para continuar con el ciclo de la vida.


El final del filme, que roza lo surreal por lo impracticable que se ofrece la última misión que hará realidad los deseos de la madre, es sin dudas un hermosa y profunda alegoría. La muerte de un mundo que pertenece al pasado. Los pocos afortunados salvados del automatismo que impone la colectividad, celebran la muerte de la madre, último reducto de libertad humana que arde al compás de una hermosa versión de Sweet Child o´mine de Guns N´ Roses. En cierta forma, también es un homenaje a los movimientos hippies  y a toda una era cuyo deterioro y fin comenzó muy cerca del inicio de la revolución tecnológica de las últimos 25 años. Ben es un hippie y su traje rojo es toda una declaración de principios, y la vestimenta de los jóvenes es directamente deudora de los estilos de las contraculturas, libertarios, pacifistas, beatniks y todos los referentes de cultura alternativa norteamericana.

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 Ben incinera con Leslie, a orillas de un hermoso lago y al compás de la música se despide de una época, una subcultura y unos patrones que están fuera de moda en el siglo veintiuno. Sus convicciones, sólidamente articulados sobre ideologías ya superadas y obsoletas, no lo llevarán al extremo de hacerles daño a sus propios hijos. Ben reflexiona y por fin entiende que ya todo está hecho, sobre todo con los hijos mayores, es hora de dejarlos que comiencen su propia vida.

Capitán Fantástico es un pieza memorable, liviana y profunda a la vez, de una enorme sagacidad. En búsqueda de retratar extremos en pugna sin ser partidarios de ninguno, Ross articula una fábula profundamente humana, donde lo que prima es la unidad de una familia construida y criada sobre los fundamentos del amor. No importa si en la ciudad o en el bosque, la realidad es que va siendo hora de replantearnos ciertos modos de vida.

Ficha técnica:
CAPTAIN FANTASTIC  / CAPITÁN FANTÁSTICO ,  Estados Unidos, 2016.

Dirección: Matt Ross
Guion: Matt Ross
Producción: Electric City Entertainment / ShivHans Pictures
Fotografía: Stéphane Fontaine
Música: Alex Somers
Reparto: Viggo Mortensen, George MacKay, Missi Pyle, Kathryn Hahn, Frank Langella, Hannah Horton, Nicholas Hamilton, Steve Zahn, Ann Dowd, Trin Miller, Samantha Isler, Annalise Basso, Shree Crooks, Erin Moriarty y Charlie Shotwell